Como les comentaba en el post anterior de “Mi Primera Toalla Turca”, durante el año 2014 estuve de viaje cuatro meses por distintos países de Europa y Asia. Fue en mi primer destino, Estambul, donde compré mi primera toalla turca, la que se convirtió en mi inseparable compañera. Fue a mi vuelta a Chile cuando comienza la historia de Mantaraya.
Septiembre 2014, Santiago, Chile
Depresión post viaje y enfrentarme al desafío, indecisión y nervios de definir cuál sería el rumbo laboral que tomaría. Antes del viaje, trabajé en una empresa naviera, y desde ese entonces me intrigaba el mundo de las importaciones. Con estas novedosas mantas en mente, decidí que estaba frente a la oportunidad perfecta para explorar el proceso de la importación, traerlas a Chile y tratar de instalarlas aquí, al igual que como ya lo estaban en el otro hemisferio.
Así, decidí no emplearme y comenzar con los cimientos de esta empresa, sin experiencia ni conocimientos, ¡pero con muchas ganas! …y nervios, claro.
FORMALIDADES
Lo primero, crear una empresa. Soy fiel creyente de que hacer las cosas con seriedad y en regla es clave para el éxito. Aproveché la comodidad de “Empresa en un Día” y, literalmente, tenía mi empresa lista en ¡UN día! (aprovecho de recomendar mucho esta alternativa para crear empresas de sociedades poco complejas. Mi experiencia fue excelente, mucho más rápido, más barato y menos engorroso que el canal tradicional).
EL PRODUCTO
Bonus del post anterior: Algo que no mencioné anteriormente es que, en el mismo viaje en el que fui a Turquía, también pase por España, donde me encontré con otro producto alternativo a las toallas de playa tradicionales: el “pareo toalla”, es decir, una toalla del mismo estilo de la turca, con una toalla de microfibra cosida por uno de sus lados. Probablemente la mayoría de ustedes hoy ya las conocen, pero hace 8 años ¡yo nunca las había visto!, y eran un hit en las playas europeas. Entre los pareo-toallas y las toallas turcas, nunca vi alguien bajar a la playa con la clásica toalla gruesa, pesada, húmeda y poco glamorosa que solemos usar en Chile. Entonces, naturalmente, sin ser consciente de que ya estaba incursionando en el mundo de las toallas, también me compré un pareo-toalla.
El pareo toalla que me compré en Mallorca, España. Por un lado toalla turca, por otro lado toalla de microfibra
Con las toallas turcas y los pareo-toalla en mente, me enfrenté a uno de los mayores desafíos para echar andar el negocio: descifrar cómo encontrar mis queridas toallas en la web. Fueron días navegando por las infinitas opciones que te ofrece internet, conversando con chinos, turcos, indios y tunecinos a través de distintas plataformas online, intentando comunicarnos en un inglés bien rebuscado (el que, a pesar de estar escrito, desde sus letras transmitía ese acento tan particular de países orientales), pero que al menos nos permitía entendernos.
Recibí muchos catálogos, tuve que negociar precios y evaluar diseños en base a fotos de dudosa calidad, para finalmente elegir con quién de todos estos nuevos amigos virutales iba a lanzarme; y digo lanzarme porque es literalmente tirarse un piquero a la piscina sin saber si tenía agua o no. No queda otra que confiar a ciegas: se paga una parte cuando comienza la producción, y el resto al momento de embarcar los productos; es decir, uno apuesta a que desde el otro lado del mundo, un personaje desconocido te está enviando el producto que acordaste y pagaste, y no cajas llenas de papel de diario.
Así eran los catálogos que me enviaba el proveedor Indio. Un excel con fotos, y en base a esas fotos yo tenía que elegir los modelos que iba a importar. Era bastante informal y la elección era más bien de "guata" que otra cosa.
En mi primera importación me la jugué por un indio que tenía los pareo-toalla que vi en España, con la parte del “pareo” muy similar a mis queridas toallas turcas, en muchos colores y variedades. Le encargué muestras y me encantaron, por lo me decidí a hacer el gran pedido.
LA IMPORTACIÓN
Tema no menor, ¿y ahora cómo me los traigo? Una vez seleccionado el producto, las cantidades, modelos y colores que quería traer (todo al ojo jaja), empieza la magia del mundo logístico. Agradezco mucho a mi papá y a una amiga de mi mamá que me orientaron en estos temas, en los que términos como FFW (freigth forwarder), Agente de Aduanas, FOB, FCA, EXW, BL, Certificados de origen, Din, etc, etc, empezaron a ser un lenguaje común en mi día a día, y debo confesar que a pesar de tener ciertas nociones por la experiencia en mi trabajo anterior, aún hay muchos nombres que todavía no son mis amigos.
Ahora, en mi ignorancia de los plazos y tiempos de la importación, me llevé la sorpresa de que el tiempo realmente apremiaba: ya era octubre y dado que el fuerte de mi importación era para la venta en temporada Navidad-Verano, se hacía urgente tenerlas cuánto antes! Ante esto, la única opción fue traerlas por avión y tenerlas en 10 días vs traerlas en buque y tenerlas en 2 meses. Con el dolor de mi bolsillo, ya que es exageradamente más caro, por aire se vendrían mis toallas (aprendizaje para otra ocasión y para ustedes: siempre adelantarse, es menos el stress y es más barato). Y ahora, sólo esperara que la producción terminara, estuvieran listas, se embarcaran y llegaran.
EL NOMBRE
Primer logo de Mantaraya, hecho por mi querida hermana que en ese entonces estudiaba diseño y que desde siempre me ha salvado de muchas en este emprendimiento
En la espera de que las toallas fueran producidas y luego, que se embarcaran a Chile, tocaba crear una marca, y para partir, al menos había que elegir un nombre. Afortunadamente, ¡fue muy espontáneo! Me acuerdo sentada en la salita de mi casa con parte de mi familia, en una especie de brain storming. Yo venía muy inspirada con el mundo submarino que había conocido luego de haber buceado en lugares alucinantes en el reciente viaje, y en un minuto de lucidez, me iluminé y escupí el nombre de mi animal marino favorito: Mantaraya. Me acuerdo de una especie de silencio en el grupo, y luego una aceptación inmediata. ¡Nos encantó! Mantaraya, pareo toalla, toalla de playa, manta con rayas, y más. Daba para mucho, y desde ese momento, para mi (y espero que para todos los que las van conociendo), se fue desarrollando un nuevo concepto: MANTARAYA, pareos y toallas.
18 de Diciembre de 2014, Santiago, Chile
Me salté toda la parte del stress de la espera, pero en breve: El indio se demoró mucho más de la cuenta en la producción, luego la internación en Chile fue eterna, y pasaban y pasaban los días y yo ¡no tenía mis Mantarayas! Avancé con una página web precaria hecha literal a mano, unos anuncios de "Se vienen" y "Ya llegan" en Instagram súper caseros (con fotos sólo de las muestras) y maldije más de una vez el día en que se me ocurrió esta idea.
Post publicado el 16 de diciembre de 2014, con una toalla de muestra (¡que luego no llegó!) y una amiga de modelo, en el que pedía paciencia para la publicación de los modelos online, que recién llegaron a mi poder dos días después
Un 18 de diciembre, a una semana de Navidad, recibí las 10 cajas con 480 pareos-toalla que había encargado. Fue la locura, llegaron modelos que no había pedido, algunos de los que más esperaba no llegaron, un total popurrí de colores y diseños, y a vender.
Lo mágico fue que al 25 de diciembre, había vendido 200 Mantarayas.
Ya al 12 de febrero del 2015 había vendido el resto de las Mantarayas. No libre de esfuerzo: literalmente, me paseaba por la playa con mi matute, cual vendedora ambulante, comiéndome la verguenza de interrumpir los grupos de gente para ofrecer mis toallas.
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Nunca me voy a olvidar del comentario de una señora en la playa que me marcó mucho. En un probable intento de ser amable, me preguntó qué había estudiado, y cuando le dije que era Ingeniera Comercial de la UC, comentó en voz baja "Ay que pena, y estás vendiendo toallas en la playa!", así como una forma discreta de decir "¡qué desperdicio!", y yo, en el fondo, sentía y siento todo lo contrario: en vez de estar en una oficina, estoy en la playa, trabajo menos horas al día para ganar lo mismo, y soy feliz de ver el resultado de mi esfuerzo. Que nadie venga a tirarles abajo sus PYME por simples que parezcan, es demasiado el esfuerzo que hay detrás.
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Aprendizajes: MILES. Desde la importancia de anticiparse, hasta que en gustos no hay nada escrito (muchos modelos que me mandó el indio que yo JAMÁS habría elegido, se vendían como pan caliente). Lo bueno fue que esta primera temporada, después de mil tropiezos, había validado que mi producto era bien aceptado. Y con eso, posiblemente el próximo verano volvería a intentarlo, incorporando todas las enseñanzas que me había dado el inicio de esta aventura.
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En otro post les contaré como mutó la marca y su identidad, los traspies con proveedores, el cambio de producto pareo-toalla a sólo toalla turca, la aparición de competencia, el cerrar la marca por unos años. hasta volver a darle vida a Mantaraya en agosto 2021 y espero que por muchos años más...
Si quieres ver las Mantaraya que ahora traigo y vendo, visita nuestro catálogo y llévate tú primera Mantaraya temporada 2022!
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Acá les dejo unas fotos de los productos y posts de la primera temporada de Mantaraya verano 2014-2015
(todavía los pueden ver en mi Instagram @mantarayachile)
Yo con el pareo toalla que me compré en Mallorca el 2014, 8 años después, intacto. Lástima que perdí la toalla turca que compré en Estambul :(
Los modelos hit de la temporada 2014 - 2015
Foto actual de una las Mantarayas de la temporada 2014-2015 y el pareo toalla que compré en Mallorca
Publicación del 4 de Enero 2015 en la Revista YA de El Mercurio
Posts de Instagram en 2014 - 2015